martes, 15 de septiembre de 2009

Extasiado...


Hoy me siento animado...
Es algo extraño, la vida. Un día te despiertas con ganas de tirarte de los pelos, y otros, en cambio te pones en pie con la excitación y la alegría, propia de todos los niños, la cual, casi siempre, perdemos al crecer.

Cuando eres un niño todo es nuevo para ti. El mundo es un descubrimiento tras otro, una maravilla mágica que anhelas desentrañar. Y en cambio, conforme creces, vas desvelando esos misterios por tí mismo, y la magia pierde su encanto. Ya no hay hadas ocultas revoloteando en el parque de la esquina, ni monstruos acechándote escondidos bajo la cama o en el armario, y todos los cuentos de hadas parecen venirse abajo. Te vas haciendo cínico, incrédulo, escéptico, o como quieras llamarte. La vida pierde sus vistosos y brillantes colores, para tornarse de un apagado gris ceniza.

Quizás es que llegas a una edad en la que asumes que no te va a suceder nada interesante. Y mientras, televisión, cine y libros, te bombardean con historias fantásticas de las cuáles matarías por ser el protagonista.
Y aunque sabes que son historias inventadas, en el fondo quieres creer que se basan en hechos verídicos, porque así es más fácil atesorar las esperanzas de que algún día te suceda algo así. Algo como que un caballero medieval te transporte en el tiempo hasta su castillo, dónde vivas miles de aventuras, matando brujas y dragones, rescatando hermosas princesas, o encontrando el amor verdadero con tan sólo un beso. O quizás, sin ir más lejos, en que un día aparezca una persona extraña misteriosa que resulte ser vampir@, y que con ella vivas una dulce historia de amor, sangre y peligro.

Pero al mismo tiempo, piensas que sólo te engañas a ti mismo. La vida es un coñazo si no vives aventuras. ¿No es eso lo que piensas cuando estás depre?

Ajá. Te he pillado.

Aunque... ¿sabes una cosa? ¡TÚ TE LO PIERDES!
Porque entonces significa que sólo eres capaz de ver los malos tragos, las zancadillas que la suerte pone en tu camino. No ves esas cosas maravillosas, ese mágico primer beso a la luz de la luna, ese amanecer que vislumbraste aquella vez de vacaciones junto a la playa, o simplemente, cada uno de esos pequeños momentos que hacen que la vida valga la pena.

Nunca debemos olvidar que toda vida merece ser vivida. Hay que estar satisfecho con lo que ésta nos ofrece, y no lamentarnos sólo porque las historias destinadas a entretener, marquen un antes y un después en nuestra mente.

Porque las historias son eso, sólamente historias. Así, que si un día te despiertas tras haber tenido un sueño fabuloso, en que tétricos fantasmas, viejas brujas, o sexys vampiros han ido a hacerte una visita, pues...
¡Escribe un libro!
¡Compón un poema!
¡Pinta un cuadro!
...Pero no te permitas vivir dominado por esas fantasías, porque... recuérdalo... ¡SON SÓLO FANTASÍAS!

La vida real tiene mucho más que ofrecerte más allá de lo que tú puedas siquiera llegar a imaginar.

Sólo se vive una vez. Así que... ¡aprovecha tu tiempo!

1 comentario:

  1. Tras leer lo que has ecrito, inconscientemente me he puesto a pensar, en que tal vez el amor, real o fantastico, forma parte de la vida de un niño, y eso me ha llevado a recordar una frase que escribi hace mucho tiempo...

    Amar de un modo altruista y sin inhibiciones de ninguna clase...
    sólo lo hacen nuestros corazones mientras somos niños.

    -Boris L. Pasternak-

    Y creo, que tal vez, acerca de esto hare mi proxima reflexion...
    Gracias por el comentario, para mi es un autentico halago...
    Nos leemos!

    ResponderEliminar

Confiesa... xD